domingo, diciembre 31, 2006

ORACION DE FIN DE AÑO

Señor, Dios...

Dueño del tiempo y de la eternidad. Tuyo es el hoy y el mañana, el pasado y el futuro.
Al terminar este año quiero darte gracias, por todo aquello que recibí de TI.

Gracias por la vida y el amor, por las flores, el aire y el sol, por la alegría y el dolor, por cuanto fue posible y por lo que no pudo ser.

Te ofrezco cuanto hice en este año. El trabajo que pude realizar, las cosas que pasaron por mis manos, y lo que con ellas pude construir.

Te presento a las personas que a lo largo de estos meses amé, las amistades nuevas y los antiguos amores, los más cercanos a mí, y los que están más lejos, los que me dieron su mano, y aquellos a los que pude ayudar. Con los que compartí la vida, el trabajo, el dolor y la alegría.

Pero también, Señor Perdón por el tiempo perdido, por el dinero mal gastado. Por la palabra inútil y el amor desperdiciado.

Perdón por las obras vacías y por el trabajo mal hecho. Y perdón por vivir a veces sin entusiasmo.
También por la oración, que poco a poco, fui aplazando y que hasta ahora vengo a presentarte.

Por todos mis olvidos, descuidos y silencios nuevamente. Te pido perdón.

Pronto iniciaremos un nuevo año y detengo mi vida, ante el nuevo calendario aún sin estrenar. Te presento estos días, que sólo TU sabes, si llegaré a vivirlos.

Hoy te pido para mí y los míos, la paz y la alegría, la fuerza y la prudencia, la claridad y la sabiduría.

Quiero vivir cada día con optimismo y bondad. Llevando a todas partes, un corazón lleno de comprensión y paz. Cierra Tú mis oídos, a toda falsedad. Y mis labios, a palabras mentirosas, egoístas, mordaces o hirientes.

Abre en cambio mi ser a todo lo que es bueno. Que mi espíritu, se llene sólo de bendiciones, y las derrame a mi paso. Cólmame de bondad y de alegría, para que cuantos conviven conmigo, o los que se acerquen a mí, encuentren en mi vida, un poquito de TI.

Danos un año feliz y enséñanos a repartir felicidad.
Amén.

FELIZ AÑO 2007

Hay muchos aspectos de la vida universal regidos por el número siete.
Siete es la unidad universal en la interpretación griega de los números.
Los esotéricos denominan al siete como número del destino.
En la cultura judía el número siete es el que domina el ciclo del año. Cada séptimo día es Sabath; el séptimo mes es sagrado; el séptimo año es un año sabático.

El año del jubileo era determinado por el número siete, multiplicado por siete.
Los hindúes han descubierto siete chacras y los metafísicos hablan de siete niveles de conciencia.

Y aunque se podrá esgrimir que también hay siete pecados capitales, y una serpiente de siete cabezas y Dante ha descripto siete infiernos, siete días le llevó a Dios crear el mundo y siete son los días de la semana. Son siete los mares del planeta, siete los colores del arco iris, siete las notas musicales y hay siete maravillas del mundo. Sin contar que siete vidas tiene un gato, que están las botas de las siete leguas y hasta Blanca Nieves es acompañada por siete enanitos...

Por todo lo antedicho te deseo
que el 2007 sea tan mágico
como su número lo presagia.
En definitiva , que el año nuevo que se inicia

SEA UN AÑO DE LA GRAN SIETE !!!

jueves, diciembre 21, 2006

CARTA DE JESUS DE NAZARETH


Querido Amigo:
Como sabrás, nos acercamos nuevamente a la fecha de mi cumpleaños, todos los años se hace una gran fiesta en mi honor y creo que este año sucederá lo mismo. En estos días la gente hace muchas compras, hay anuncios en la radio, en la televisión y por todas partes no se habla de otra cosa, sino de lo poco que falta para que llegue el día. (La verdad, es agradable saber, que al menos, un día al año, algunas personas piensan un poco en mí).
Recuerdo, el año pasado, al llegar el día de mi cumpleaños, hicieron una gran fiesta en mi honor; pero sabes una cosa... ni siquiera me invitaron. Yo era el invitado de honor y ni siquiera se acordaron de invitarme, la fiesta era para mí y cuando llegó el gran día me dejaron fuera, me cerraron la puerta, bueno, no la abrieron. Y, ¡yo quería compartir la mesa con ellos!La verdad no me sorprendió, porque en los últimos años muchos me cierran las puertas. Como no me invitaron, se me ocurrió entrar sin hacer ruido. Entré y me quedé en un rincón. Estaban todos bebiendo, había algunos que lo habían hecho demasiado, contando chistes, carcajeándose... Lo estaban pasando en grande...Para colmo, llegó un viejo gordo, vestido de rojo, de barba blanca y gritando: "Jo, jo, jo, jo...". Parecía que había bebido el que más de todos, se dejó caer pesadamente en un sillón, y todos los niños corrieron hacia él, diciendo: "Santa Claus"...¿Santa Claus? ¡Como si la fiesta fuera en su honor!
Llegaron las doce de la noche y todos comenzaron a abrazarse, yo extendí mis brazos esperando que alguien me abrazara, y... ¿sabes? nadie me abrazó. Comprendí entonces que yo sobraba en esa fiesta, salí sin hacer ruido, cerré la puerta y me retiré... Al salir, ví desde el exterior como todos se hacían infinidad de regalos... ¿Cómo te sentirías tú si el día de tu cumpleaños se hicieran todos regalos y a ti no te regalaran nada?
Tal vez creas que yo nunca lloro, pero esa noche lloré, me sentía destruído, como un ser abandonado, triste y olvidado.
Voy a contarte un secreto... He pensado que como pocos se acuerdan de mi en sus fiestas, voy a organizar mi propia fiesta, algo maravilloso, como la que jamás se ha imaginado nadie. Grandes invitados, Tu, mis amigos, mi familia, los pastores, los pobres, los abandonados... Todavía estoy haciendo los últimos arreglos por lo que quizá no sea este año. Estoy enviando muchas invitaciones y hoy, querido amigo, hay una invitación para ti. Sólo quiero que me digas si quieres asistir y te reservaré un lugar, escribiré tu nombre con letras de oro en el gran libro de invitados. A esta fiesta sólo habrá invitados con previa reserva, quedando fuera los que no respondan a mi invitación. Arréglate, ponte el traje de fiesta, porque cuando todo esté listo llegará mi Gran Fiesta...Hasta pronto, tu amigo
JESUS

lunes, diciembre 11, 2006

CARTA DE UN PADRE A UN HIJO


Era una mañana como cualquier otra. Yo, como siempre, me hallaba de mal humor. Te regañé porque estabas tardando demasiado en desayunar, te grité porque no parabas de jugar con los cubiertos y te reprendí porque masticabas con la boca abierta.Comenzaste a refunfuñar y entonces derramaste la leche sobre tu ropa. Furioso te volví a regañar y te empujé para que fueras a cambiarte de inmediato.
Camino a la escuela no hablaste, llevabas la mirada perdida. Te despediste de mi tímidamente y yo sólo te advertí que no te portaras mal.
Por la tarde, cuando regresé a casa después de un día de mucho trabajo, te encontré jugando en el jardín. Llevabas puestos tus pantalones nuevos y estabas sucio y mojado. Frente a tus amiguitos te dije que debías cuidar la ropa y los zapatos; que parecía no interesarte mucho el sacrificio de tus padres para vestirte. Te hice entrar a la casa para que te cambiaras de ropa y mientras marchabas delante de mi te indiqué que caminaras erguido.Más tarde continuaste haciendo ruido y corriendo por toda la casa. A la hora de cenar arrojé la servilleta sobre la mesa y me puse de pie furioso porque no parabas de jugar. Con un golpe sobre la mesa grité que no soportaba más ese escándalo y subí a mi cuarto.Al poco rato mi ira comenzó a apagarse. Me di cuenta de que había exagerado mi postura y tuve el deseo de bajar para darte una caricia, pero no pude. ¿Cómo podía un padre, después de hacer tal escena de indignación, mostrarse sumiso y arrepentido?
Luego escuché unos golpecitos en la puerta. "Adelante", dije, adivinando que eras tú. Abriste muy despacio y te detuviste indeciso en el umbral de la habitación. Te miré con seriedad y pregunté: "¿Te vas a dormir? ¿Vienes a despedirte?"No contestaste. Caminaste lentamente con tus pequeños pasitos y sin que me lo esperara, aceleraste tu andar para echarte en mis brazos cariñosamente. Te abracé... y con un nudo en la garganta percibí la ligereza de tu delgado cuerpecito. Tus manitas rodearon fuertemente mi cuello y me diste un beso suavemente en la mejilla. Sentí que mi alma se quebrantaba."Hasta mañana papito" me dijiste. ¿Qué es lo que estaba haciendo? ¿Por qué me desesperaba tan fácilmente? Me había acostumbrado a tratarte como a una persona adulta, a exigirte como si fueras igual a mí y ciertamente no eras igual.Tú tenias unas cualidades de las que yo carecía: eras legítimo, puro, bueno y, sobre todo, sabías demostrar amor.¿Por qué me costaba tanto trabajo? ¿Por qué tenía el hábito de estar siempre enojado? ¿Qué es lo que me estaba aburriendo? Yo también fui niño. ¿Cuándo fue que comencé a contaminarme? Después de un rato entré a tu habitación y encendí con cuidado una lámpara. Dormías profundamente. Tu hermoso rostro estaba ruborizado, tu boca entreabierta, tu frente húmeda, tu aspecto indefenso como el de un bebé. Me incliné para rozar con mis labios tu mejilla, respiré tu aroma limpio y dulce. No pude contener el sollozo y cerré los ojos. Una de mis lágrimas cayó en tu piel. No te inmutaste. Me puse de rodillas y te pedí perdón en silencio. Te cubrí cuidadosamente con las cobijas y salí de la habitación.
Si Dios me escucha y te permite vivir muchos años, algún día sabrás que los padres no somos perfectos, pero sobre todo, ojalá te des cuenta de que, pese a todos mis errores, te amo más que a mi vida.


LA MUJER PERFECTA

Hice la lista de todas las mujeres que hay.
Eliminé en primer término los travestis. Borré a las muy flacas, a las rubias y a las pelirrojas.
Después a las Histericas, las maniáticas de la limpieza, a las que fuman, y a las que usan perfume (a mi me gusta que la mujer huela a sí misma). Suprimí a las que hablan mucho.Quedaron muy pocas.
Taché a las que dicen “o sea” y “es como que”. A las que cuando algo les gusta dicen:”es divino”. A las que tienen tobillos muy gruesos, y a las que no aceptan que uno mire fútbol.
Quedaron dos… Puse como condición que ninguna fuera mi mamá.
Quedó una… Me acerqué a ella corriendo y le dije: “Tu eres la mujer de mi vida”!!!!
Ella me había eliminado hacía rato de su lista cuando tachó aquellos estúpidos que creen que existe la mujer ideal y que ésta, encima, lo está esperando con los brazos abiertos.

martes, diciembre 05, 2006

LA PIEZA FALTANTE

Narra la historia de una rueda a la que le faltaba un pedazo, pues habían cortado de ella un trozo triangular. La rueda quería estar completa, sin que le faltara nada, así que se fue a buscar la pieza que había perdido.Pero como estaba incompleta y sólo podía rodar muy despacio, reparó en las bellas flores que había en el camino; charló con los gusanos y disfrutó de los rayos del sol. Encontró montones de piezas, pero ninguna era la que le faltaba, así que las hizo a un lado y prosiguió su búsqueda.
Un día halló una pieza que le venía perfectamente. Entonces se puso muy contenta, pues ya estaba completa, sin que nada le faltara. Se colocó el fragmento en el cuerpo y empezó a rodar. Volvió a ser una rueda perfecta que podía rodar con mucha rapidez...Tan rápidamente, que no veía las flores ni charlaba con los gusanos . Cuando se dio cuenta de lo diferente que parecía el mundo cuando rodaba tan a prisa, se detuvo, dejó en la orilla del camino el pedazo que había encontrado y se alejó rodando lentamente.
La moraleja de este cuento, es que, por alguna razón, nos sentimos más completos cuando nos falta algo. El hombre que lo tiene todo es un hombre pobre en ciertos aspectos: nunca sabrá qué se siente anhelar, tener esperanzas, nutrir el alma con el sueño de algo mejor; ni tampoco conocerá la experiencia de recibir de alguien que lo ama lo que siempre había deseado y no tenía.Hay integridad en la persona que acepta sus limitaciones y tiene el suficiente coraje para renunciar a sus sueños inalcanzables sin considerar que por eso ha fracasado. Hay entereza en quien ha aprendido que es lo bastante fuerte para sufrir una tragedia y sobrevivir, que puede perder a un ser querido y aun así sentirse completo. Ha atravesado por la peor experiencia y salido indemne.Cuando aceptemos que la imperfección es parte de la condición humana y sigamos rodando por la vida sin renunciar a disfrutarla, habremos alcanzado una integridad a la que otros sólo aspiran.
Eso, creo yo, es lo que Dios nos pide: no que seamos perfectos ni que nunca cometamos errores. Sino que seamos íntegros. Y, finalmente, si tenemos suficiente valor para amar, compasión para perdonar, generosidad para alegrarnos con la felicidad ajena y sabiduría para reconocer que hay AMOR de sobra para todo el mundo, entonces podremos alcanzar una satisfacción que nunca otra criatura viviente tendrá jamás.

MAÑANA PUEDE SER TARDE

Si estas enojado con alguien, y nadie hace nada por arreglar la situación...arréglala tu.
Tal vez hoy, esa persona todavía quiera ser tu amiga,
y si no la arreglas, tal vez mañana puede ser muy tarde.

Si estas enamorado de alguien, pero esa persona no
lo sabe...díselo.
Tal vez hoy, esa persona también este enamorada de ti
y si no lo dices hoy, tal vez mañana puede ser muy tarde.

Si te mueres con ganas por darle un beso a
alguien... dáselo.
Tal vez esa persona también quiere un beso tuyo, si no
se lo das hoy, tal vez mañana será muy tarde.

Si todavía amas a una persona que crees que te ha
olvidado... díselo.
Tal vez esa persona siempre te ha amado y si no se lo
dices hoy, tal vez mañana será muy tarde.

Si necesitas un abrazo de un amigo... Pídeselo.
Tal vez ellos lo necesitan más que tu, y si no se lo
pides hoy, mañana será muy tarde.

Si de verdad tienes amigos a los cuales
aprecias... díselo.
Tal vez también te aprecian, y si se van o se alejan,
tal vez mañana puede ser muy tarde.

Si quieres a tus papás, y nunca has tenido la
oportunidad de demostrarlo... hazlo.
Tal vez hoy, tienes ahí para demostrárselos, pero si
se van, tal vez mañana puede ser muy tarde.